Xi, Putin y Trump: Mientras Washington y Pekín dialogaban en Corea, Moscú avanzó en el frente oriental
Santo Domingo.– Busán y el doble escenario mundial: La cumbre de Busán entre Donald Trump y Xi Jinping ha redefinido los ejes del poder global. Mientras Estados Unidos y China sellan acuerdos comerciales y tecnológicos, Vladimir Putin avanza militarmente en Ucrania, logrando avances significativos en la región de Donetsk. El contraste es claro: Trump y Xi buscan una tregua económica; Putin, en cambio, intenta consolidar su dominio territorial sobre el este ucraniano.
Comercio, chips y hegemonía tecnológica: Los entendimientos alcanzados en Busán incluyen la reducción de aranceles del 20% al 10% y la creación de un marco de cooperación en la industria de los semiconductores, especialmente con empresas como Nvidia.
El presidente Trump destacó que esta alianza 'marca el inicio de una nueva era de cooperación económica basada en la reciprocidad'. Xi Jinping, por su parte, subrayó que el intercambio tecnológico debe garantizar estabilidad global y prosperidad compartida.
Putin: marginado en la diplomacia, dominante en el campo de batalla: Mientras Trump y Xi dialogaban en Corea, las tropas rusas intensificaron su ofensiva en Ucrania.
La caída de Pokrovsk permitiría a Rusia consolidar su control del Donetsk, objetivo estratégico desde el inicio de la guerra.
Aunque diplomáticamente Putin fue excluido de la cumbre de Busán, su avance militar demuestra que Moscú aún conserva la iniciativa en el terreno.
Paradójicamente, el líder ruso se muestra marginado en la mesa de diálogo pero fortalecido en el frente, apoyado por un aparato militar que combina drones, misiles y aviación táctica en ataques de precisión.
La energía atómica y la nueva carrera nuclear: Trump sorprendió al anunciar que Estados Unidos podría reanudar pruebas nucleares. 'Otros países las realizan, y es apropiado que nosotros también lo hagamos', declaró. Aunque insistió en que su meta es la paz mediante la disuasión, sus palabras evocaron la retórica de la Guerra Fría.
El profesor Eduardo Irastorza, de OBS Business School, interpretó el encuentro como 'una voluntad de entendimiento forzada por la necesidad'. Según él, Washington busca asegurar el acceso a las tierras raras —dominio de China— y garantizar su supremacía tecnológica en los chips, la inteligencia artificial y la industria automotriz. Irastorza advierte que las declaraciones nucleares de Trump marcan 'el pistoletazo de salida de una nueva escalada nuclear', propia de una segunda guerra fría de carácter tecnológico y económico.
Lila y Modi ante el nuevo orden: Líderes como Luiz Inácio Lula da Silva y Narendra Modi buscan equilibrar su posición en este nuevo tablero. Brasil intenta mantener autonomía diplomática en el marco de los BRICS, mientras la India refuerza su alianza con Estados Unidos para consolidarse como potencia tecnológica.
Ambos observan el entendimiento entre Washington y Pekín como una señal de que el eje de poder global podría consolidarse en Asia.
América Latina y el Caribe: riesgos y oportunidades: Para América Latina, los acuerdos Xi–Trump ofrecen tanto oportunidades como desafíos. Una distensión comercial entre Washington y Pekín puede impulsar exportaciones, atraer inversiones y fomentar cooperación tecnológica. Pero el riesgo radica en convertirse en terreno de disputa tecnológica.
La República Dominicana, por su estabilidad y posición geográfica, puede jugar un rol estratégico como centro logístico y diplomático entre ambas potencias.
Una paz inestable bajo amenaza nuclear: La cumbre de Busán muestra un mundo dividido entre el diálogo y la guerra. Xi y Trump apuestan por una paz pragmática basada en tecnología y comercio, mientras Putin avanza con las armas.
El planeta entra así en una nueva era: los acuerdos económicos conviven con los misiles, la diplomacia con la disuasión, y la esperanza de paz con el espectro atómico. El equilibrio mundial vuelve a depender, como tantas veces, del poder y de la prudencia de los líderes que lo encarnan.

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