Peligro inminente en Naranjo Dulce – Río Boba en SFM, un clamor colectivo por la carretera
San Francisco de Macorís. – La carretera que enlaza Naranjo Dulce con Río Boba sigue siendo un reflejo de la urgencia y el peligro. Lo que alguna vez fue una promesa de progreso, hoy es un tramo de alto riesgo donde el pavimento, desgarrado por la erosión, se convierte en una trampa mortal a la espera de una tragedia.
La imagen que acompaña este reportaje muestra la cruda realidad: el borde de la carretera ha cedido, abriendo una profunda zanja que pone en peligro a cada vehículo. Es el aviso de un colapso inminente, un precipicio que amenaza con tragarse la tierra y el asfalto.
La obra empezó, pero el alcance es el nuevo motivo de alarma
Los productores y residentes de la zona han expresado su saludo a la decisión del Gobierno de iniciar la intervención en esta importante vía, un reclamo de años. El movimiento de equipos y el inicio de los trabajos es un paso en la dirección correcta, pero la información sobre la dimensión de la obra ha generado una nueva y profunda preocupación:
El tramo de reparación anunciado y en curso solo abarca unos dos kilómetros y medio (2.5 km).
Mientras los lugareños celebran el inicio, claman al unísono por la ampliación del proyecto.
“Agradecemos el inicio, pero la necesidad y el peligro de romperse se extiende hasta el Río Boba. No podemos permitir que la obra se detenga a los 2.5 kilómetros y nos deje incomunicados de todas formas en el resto de la vía. Requerimos que los trabajos lleguen, en esta primera etapa, hasta el Río Boba”.
Productor y residente afectado de la zona.
El contraste: la promesa vs. la realidad reducida
La demanda de los productores está respaldada por la magnitud histórica del proyecto. Anuncios pasados del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) confirmaron la asignación de fondos (cifras que superaron los RD$400 millones) y el compromiso de la “construcción y reconstrucción del camino carretera Cruce La Piña – Naranjo Dulce – La Explanada, Río Boba”, que abarcaba una extensión mucho mayor.
Se ha señalado que la obra se ha estancado debido a una “drástica reducción del tramo trabajado”, dejando al menos 12.5 kilómetros en completo abandono e intransitables, una realidad que valida el temor de los comunitarios a que el proyecto no solucione la conectividad vital de forma integral.
Una prioridad urgente y un clamor humano
El temor de los productores es real: la carretera corre el riesgo de romperse por la zona crítica antes de llegar al Río Boba, aislando comunidades enteras.
El llamado a las autoridades es urgente:
Ampliación inmediata: que la intervención de emergencia se extienda más allá de los 2.5 km y se complete, tal como se había proyectado inicialmente, hasta el Río Boba en esta primera etapa.
Solución a puntos críticos: que se priorice la reparación de los tramos con mayor erosión y colapso inminente para evitar que quienes transitan por esa vía puedan ser víctimas de un accidente y caer por los precipicios que tiene la destartalada carretera.
La vida de los ciudadanos, el flujo de la producción agrícola y el desarrollo ecoturístico de la zona dependen de que el Gobierno le dé prioridad total a esta situación. La comunidad espera que el sentido común y la responsabilidad se impongan para que el compromiso vial llegue verdaderamente a donde se necesita.



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