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La República Dominicana en el Escenario Global de 2026



La posposición de la Décima Cumbre de las Américas y los recientes acontecimientos en África y América Latina confirman que el tablero mundial de 2026 se reconfigura con rapidez.

El planeta entra en una nueva fase multipolar, en la que Estados Unidos, China y Rusia se disputan territorios, recursos y narrativas. La República Dominicana, ubicada en el corazón del Caribe, observa este proceso desde su estabilidad política y su inserción económica internacional.
Pokrovsk y la guerra del invierno:

El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy insiste en que 'no existe cerco alguno' sobre Pokrovsk y Kupyansk, pero los informes del Institute for the Study of War (ISW) confirman avances rusos sostenidos y combates urbanos que amenazan la logística ucraniana.

La diputada Maryana Bezuglaya denunció que el gobierno distorsiona los datos del frente para mantener la moral. Europa se prepara para un invierno decisivo: si Pokrovsk cae, la guerra podría entrar en una fase de repliegue irreversible.

Trump y la aproximación indirecta:

Inspirado en su doctrina, Donald Trump ejecuta una estrategia de 'aproximación indirecta': presionar las periferias del sistema global para debilitar a sus rivales. En lugar de confrontar a China directamente, mueve el tablero a través de Venezuela, Nigeria y otros focos periféricos, con el fin de erosionar la influencia económica y política de Pekín y Moscú.
Nigeria: fe, petróleo y geopolítica del Sahel:

El New York Times reportó el 4 de noviembre de 2025 que Nigeria rechazó las acusaciones de Trump sobre un 'genocidio cristiano'.

El presidente estadounidense advirtió que podría enviar tropas o ejecutar ataques aéreos si el gobierno nigeriano no frenaba la violencia religiosa. Abuja respondió acusando a Washington de 'interferencia extranjera', recordando que más de 8,000 civiles —cristianos y musulmanes— han muerto este año, y que no hay evidencia de una persecución exclusiva contra cristianos.

El canciller Yusuf Tuggar declaró: 'No queremos ser la próxima Libia o el próximo Sudán'. Nigeria, una de las mayores economías africanas y productora de petróleo, es clave en el equilibrio energético y religioso del continente.

El conflicto entre agricultores cristianos y pastores musulmanes, agravado por el cambio climático y la corrupción militar, se convierte en un nuevo frente de competencia entre potencias.
Venezuela: presión energética y disputa hemisférica:

Otro frente de tensión se abre en el Caribe y Sudamérica. Según el New York Times (4 de noviembre de 2025), el presidente Trump evalúa opciones militares contra Venezuela, incluyendo ataques directos a unidades que protegen a Nicolás Maduro y la posible toma de control de los campos petroleros.

Sus asesores presionan para justificar legalmente la operación bajo el argumento de que Maduro encabeza el 'Cartel de los Soles', designado como organización narcoterrorista.

El objetivo no sería una guerra prolongada, sino reafirmar el control sobre el petróleo venezolano y contener la influencia de China y Rusia en la región.

La medida coincide con un aumento de las tensiones en el Caribe, donde la inestabilidad venezolana afecta directamente a la seguridad energética y migratoria de los países vecinos, incluida la República Dominicana.
Corea del Norte: diplomacia atómica de 2026.

La inteligencia surcoreana (NIS) informó que Kim Jong-un estudia reunirse con Donald Trump tras los ejercicios conjuntos EE. UU.–Corea del Sur previstos para marzo de 2026. Trump respondió que 'estaría dispuesto si él lo desea'. Pyongyang busca aliviar sanciones sin ceder su arsenal; Trump busca un logro diplomático en pleno ciclo electoral.

El Sahel y el nuevo eje África–Asia:

El Sahel se consolida como el nuevo tablero de competencia global. Rusia y China ocupan el vacío dejado por Francia, mediante mercenarios, préstamos e infraestructura. El control de uranio, litio y tierras raras determinará el futuro energético del planeta. Nigeria, epicentro de estas tensiones, simboliza el vínculo entre fe, recursos y poder.
Estados Unidos: del liderazgo moral al poder militar:

Washington ha retornado al lenguaje del poder duro.

El idealismo moral de las décadas de Carter y Juan Pablo II cede paso a una realpolitik de disuasión.

El ensayo del misil intercontinental Minuteman III, previsto para la noche del 5 de noviembre en California, confirma esa orientación estratégica. Aunque el proyectil no estará armado, el mensaje es claro: Estados Unidos reafirma su supremacía nuclear frente a Moscú, Pekín y Pyongyang.
La Cumbre de las Américas pospuesta y el vacío latinoamericano:

La postergación de la Cumbre de las Américas para 2026 simboliza el repliegue geopolítico de Washington respecto a América Latina. El hemisferio occidental ha perdido centralidad estratégica frente a Europa del Este y Asia-Pacífico.

Brasil y México mantienen neutralidad; Argentina y Chile buscan equilibrio; y el Caribe intenta adaptarse a la inestabilidad venezolana y energética.
La República Dominicana ante el nuevo orden:

En medio de esta compleja coyuntura, la República Dominicana aparece como un punto de estabilidad y credibilidad regional. Su alianza histórica con Estados Unidos, combinada con vínculos comerciales con China y Europa, le permite ejercer un papel moderador y diplomático en el Caribe.

Los desafíos principales serán reforzar la seguridad energética, mantener autonomía política y ampliar su voz en foros multilaterales.
Conclusión: equilibrio y neutralidad inteligente.

El mundo posterior a la Guerra Fría ya no es unipolar. Entre Pokrovsk, Caracas y Lagos se dibuja un mapa de tensiones simultáneas que reflejan el tránsito hacia una era multipolar. Para la República Dominicana, el desafío será mantener una diplomacia activa, flexible y basada en su tradición histórica de diálogo.

La neutralidad inteligente será su mejor escudo y su mejor carta para seguir ocupando un lugar de respeto en el escenario global de 2026.

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